Historia que recuerdo de la familia Villa

Historia que recuerdo de la familia Villa escrita a Julie Rey hija de Inés Eugenia Villa de Rey (Noni, para todos nosotros)

Hola Julie Rey 
Te comento que a mi las historias de familia me apasionan, por eso tengo tantas fotos, porque todas son historia.
Con las historias de los Villa se puede hacer un libro, no solo un project (me causó gracia tu cambio de letra, indica que tenés el inglés muy internalizado).
Como dice tu mamá Inés los Villa siempre han dado la nota donde estuvieron: de 7 hermanos: la mayor; Lila, la casaron a los 15 años con un hombre Berreta que tenía 40, enviudó, y se casó con Soto y también enviudó. Creo que lo único que le dejaron fueron hijos, sino uno podría pensar mal. Pobre Lila! siempre casada con viejos...Los hermanos, 6 varones Erasto (Rubio) siguió la carrera de Relaciones Exteriores como corresponde (no como la hacen ahora) y fue Ministro Plenipotenciario en el Japón durante la 2da Guerra Mundial; Amílcar (papá decía que mi hijo Juan Manuel se le parecía muchísimo) falleció creo que de tuberculosis a los 20 años; Edgardo (Queque) trabajó en el comercio y oficinas públicas y era tan bueno construyendo (un as para las matemáticas) que le habían puesto el mote de "Cuasi ingenieri"; Rubén estudió Químico Industrial; Luis Atmio (Pacho) jugaba muy bien al fútbol y fue tapa de "El Gráfico" en agosto de 1938 jugando para Racing, luego se  fue a Brasil a jugar al fútbol nada menos que al "Flamingo", se casó con Alba una brasilera divina y vivió muchísimos años en Brasil, Julio (tu abuelo, el menor) estudió Ingeniería y allí no tengo necesidad de contarte nada, pues tu madre sabe más que yo.
Era una familia cuya característica más importante era el sentido del humor genial que tenían todos, hasta para insultarse tenían humor. Todo lo tomaban a la chacota. Recuerdo un asado en lo de Rubén en su casa recién inaugurada (maravillosa y tenía una heladera de 6 puertas traída de EEUU que era insólita para la época acá en la Argentina) y estaban chacoteando con los chorizos mientras los hacían y se le cayeron de la parrilla y Rubén gritó con una gracia extraordinaria: ¡¡A la mierda los chorizos!!! Los colocó en la parrilla y siguió asando. Carcajadas generales. No se hacían problema por nada.
Si tengo que comentarte algo de mis abuelos Villa te diré que son poquísimas las cosas que recuerdo pero ésas están grabadas a fuego en mi mente. Tengo también otros recuerdos que ya son "adquiridos" por las cosas que contaba mamá. Nosotros, los hermanos Villa Rodríguez, teníamos bastante poca relación con la familia Villa sobre todo porque papá (Queque: Edgardo Nicolás) tuvo desde que yo recuerdo una relación pésima con sus hermanos, hasta el punto de no querer verlos.
Tal vez no estés de acuerdo, pero creo que esa mala relación es producto de la "indiferencia" o apatía que tenía la abuela Imelde, que como estaba muy metida en sus cosas del espiritismo, la Sociedad Científica, el animismo y toda la parafernalia de mesas de tres patas, no se preocupó mucho (creo) por generar una relación fraterna profunda. En esa familia cada uno hacía lo que le parecía y aunque parezca mentira a lo largo de los años las únicas que generaron relaciones fueron las cuñadas, especialmente tu abuela Mignon y mamá (Esther) y las primas especialmente Marta
¡Qué cosa rara! ¿No? Mientras vivió el abuelo Fortunato (Papi, para todos) y los hijos eran chicos o jóvenes iba todo bastante bien...aunque papá cuenta que cuando vivían en San Fernando se iban los hermanos varones a pescar o atorrantear a los bañados (SI, bañados y pantanos) y se pasaban tooodo el día allí. Me enteré cuando papá estaba por morir y deliraba que tenían un perro que se llamaba Tizón y en su delirio jugaba a las cartas con Amilcar o Rubén y se insultaban lindo. No me quedó duda que deliraba pero en el fondo estaba reviviendo su niñez o adolescencia.
Después, de grande, se peleó con Rubén por la casa, se peleó con Rubio (Erasto) porque decía que era un nariz parada y se le había subido la diplomacia a la cabeza... Yo no conozco (o por lo menos no tengo ningún recuerdo de él) al hijo de Rubio (creo que le decían Tinky) y así con todos... Vos dirás, era un mal llevado! Sí pero no se quién tenía más culpa si el chancho o el que le dio de comer...
En los años que vivió aquí en casa una vez me peleé con él y le dije que en algún aspecto era intratable y me contestó: -Vos agradecé al cielo que tuviste una madre que te educó y te enseño a rezar...
Era una familia disfuncional, diríamos ahora, porque creo que la que gobernaba todo era Lucía, la mucama gallega, que todos la amaban tanto que se llamaba Lucía Villa. Era a tu abuelo, creo, que como no lo podía despertar, se asomaba a la puerta y le gritaba: ¡¡Oregassss, levántisi que vien´l Zipilin!!! Papá la imitaba perfecto. 
No era una familia FAMILIERA, como la tuya o la mía que siempre tenemos un motivo para reunirnos y disimulan los defectos del otro y compartimos todo...Como supongo debe haber sido la familia de Julio y Mignon y la tuya.
En fin, así eran los Villa... Te cuento que el recuerdo más grabado que tengo y que muestra lo chacoteros que eran todos, se remonta a mis 7 años cuando la Abuela Imelde volvió de Europa. La estábamos esperando un montón de gente (nadie había ido a buscarla a Ezeiza) en la sede de Tienda León o la aerolínea. Mamá nos había vestido a Alicia y a mí como si fuéramos a un casamiento, con unos vestidos azules con florcitas blancas y estábamos expectantes con la llegada de la abuela. ¡Nunca habíamos visto a nadie que viajara a Europa! y en el momento que se abre la puerta del micro con Imelde en el pescante se le abalanza Cristina y le dice ¡¡Mami!!,¡¿Qué me trajiste!?. Alicia y yo nos quedamos mudas. Jamás se me había ocurrido pensar que tuviera importancia qué traía de Europa. Para nosotras lo importante es que llegaba ella.
Entre los buenísimos recuerdos que recibí de mamá están los veranos en la casa de San Isidro, el trato que tenían el abuelo Fortunato con el bisabuelo Nicolás (papá de Imelde) que se amaban pero se insultaban y peleaban todos los días. El abuelo Fortunato se metía en su sótano (papá decía que había inventado la fotografía a color y nunca la quiso patentar) a trabajar en sus inventos y cosas y el bisabuelo Nicolás  levantaba la tapa del sótano y le gritaba: Fortunaaaato...hijo de p... y le tiraba con algo... eso 10 o 15 veces seguidas...hasta que el abuelo se cansaba y salía del sótano y...hacían las paces.
Según papá, el día que el abuelo Fortunato dijo en la mesa que la familia Villa descendía de Príncipes Madrileños... todos los varones empezaron a reirse de tal forma que el pobre viejo nunca más tocó el tema. Y mamá contaba que Julio (tu abuelo) era el único que se había preocupado por esos temas de los ancestros de la familia. Con decirte que papá ni siquiera sabía cómo era el apellido de su abuela paterna, de su abuela materna sólo sabía que se llamaba Graziella Maldini.
Con el paso de los años mamá, que siempre mantuvo relación con alguno, vivimos con mucha tristeza la muerte de la hija de Beba aunque yo ya estaba casada y vivía en el campo; también nos enteramos por el diario de la muerte de Olga, la esposa de Rubio, mujer muy hermosa a la que a pesar de haber visto dos veces en mi vida recuerdo perfectamente; las venidas a la Argentina de Pacho con sus brasileiriñas, Nélida el retrato de su madre y Cristina hermosa y ¡azafata! que para nosotros era como ser emperatriz. Recuerdo una vez que fuimos al cine mamá (y tal vez papá) con nosotros tres (Jorge Alicia y yo) y Pacho y Alba con las dos chicas. Estábamos pasmadas porque iban todos con pilotos y paraguas. Según ellos en Brasil sale el sol y a los 10 minutos llueve y luego otra vez sale el sol. Era otoño o primavera y hacía unos 23 grados pero ellos decían que esa era la temperatura de pleno invierno en Brasil. Nos divertimos como locos.
También tengo grabado, tal vez por haber visto mil veces la foto, el cumpleaños 90 del bisabuelo Nicolás, en su hermosísimo departamento de la calle Arenales, con una mesa para 20 personas y sus hijas ( que vistas desde mi perspectiva de 4 ó 5 años eran como Tutankamon) Palmira, Electra,Victoria, Imelde...y los hijos varones que no recuerdo los nombres. Cuando le dije a mamá que tenían nombres raros me explicó que el abuelo Nicolás era gran lector griego y latino y esos nombres correspondían a personajes de esos libros.  Seguramente sabés por tu madre la historia del bisabuelo Nicolás y su emprendimiento lácteo que para ese momento tuvo gran valor. Sortearon entre los dos socios el nombre de la empresa y salió el socio...que se llamaba Magnasco,...Sino la empresa se hubiera llamado Rinaldini. 
El abuelo Fortunato era un hombre de una cultura vastísima, según contaba mamá, y áunque era correntino de nacimiento se había educado en colegios de Europa y hablaba por lo menos tres idiomas además de latin y griego. ¿Qué tal? Sus hijos ya no corrieron la misma suerte y papá por ejemplo, aunque él decía que sí, yo tengo mis dudas que hubiera terminado la escuela secundaria.
Una de las grandes alegría y sorpresas de mi vida fue la visita de Florencio Granea Spraggon, marido de Marta Villa, en Timote, un pueblo perdido en el noroeste de la provincia de Buenos Aires a 500 km de capital, donde vivimos 2 años cuando nos casamos. La única ventaja que tenía era el tren que se tomaba en Once y te llevaba directo a Timote. Pues él, Florencio, se tomó el tren y nos vino a visitar !!!! Inolvidable. Otro recuerdo imborrable: la voz extraordinaria de Beba como soprano...cantando en Mar del Plata "mi chiamano Mimí" de La Boheme en plena playa de los ingleses y la gente que se paraba a escucharla. Yo, embobada, porque el canto lírico es una de mis materias pendientes en la vida.
Definitivamente Inés tiene razón...Donde están los Villa, dan la nota.,
Bueno Julie...Esto es más largo que el testamento del boticario...pero me ha encantado recordar todas estas cosas y muchísimo más me encantaría poder conversarlas con tu madre. Me sentiría realmente satisfecha si te sirve para el proyecto aunque sea la décima parte. 
Para mí ha sido una alegría INMENSA retomar el contacto con los Villa y como colofón dejo la Navidad que pasamos en casa de tus abuelos en Beccar donde estaban casi todos, nosotros ya casados y con dos niños... una fiesta hermosa e imborrable, con mesas en el jardín y toooda la familia reunida, y en el centro de la escena, tu abuela Mignon, atendiendo todo con su hermosa sonrisa y tonadita y Julio haciendo chistes.¿¿Podés creer que no me acuerdo de la abuela Imelde en esa fiesta?? Algo que desconozco, ha bloqueado en mi cerebro su imagen. 
Con todo mi amor. Susana 

2 comentarios:

  1. Buenos días Susana, le escribe Carlos García Piñeiro y no tengo el gusto de conocerla. Estoy armando el árbol familiar de la familia Spraggon (mi abuela era Amelia Spraggon) y he visto que Ud. menciona a Florencio Granea Spraggon y a su esposa Marta Villa en este artículo. Justamente no tengo mucha información sobre esta rama familiar y me gustaría hacerle unas pocas preguntas sobre la misma. La saludo atentamente. Carlos

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  2. Hola. Mi nombre es Ernesto Restelli. Soy descendiente de Nicolas Rinaldini por Palmira. Podes pasarme tu mail? Gracias! erestelli@hotmail.com

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